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Espero os gusten los pequeños relatos que compartiré, así como lo que me ronde por la cabeza y me parezca importante compartir.


Ilusión

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Que la ilusión nos acompañe todos los días del año.

viernes, 24 de enero de 2014

El rastro imprudente

 Relato de enero de Esta noche te cuento.
Ilustración de Nicoletta Ionescu

    

     La madre se asomó al exterior. Nevaba, así que arrugó su naricilla, ante el frío que presentía ya. Despertó a sus hijos, que parecían muñecos blanditos, suaves, calientes. Apenas protestaron, juguetones, ¡que grandes se estaban haciendo!, cada día los veía más fuertes y empezaba a tener miedo al futuro. ¿Qué sería de ellos?
     Los tiempos eran cada vez más difíciles para todos, el bosque se quedaba pequeño.
Ya estaban listos, salieron y los jóvenes siempre con la fuerza de su corta edad jugaban a saltar y hundirse en la blancura hasta entonces inmaculada. Le gustaba verles así, pero tenía que reprenderles: no era prudente. Le venció la alegría de verles tan sanos y los dejó hacer.
     Habían avanzado bastante, cuando se oyó un trueno. Se detuvo y con el horror dibujado en sus ojos corrió hacia sus hijos.
      Uno de ellos yacía en el colchón rojo que se agrandaba a medida que la sangre manaba sin tregua de su cuerpo.

— ¡Que buen tiro Matías!
— No tanto, solo he alcanzado a uno de los cachorros, la madre y el otro lobezno se nos van a escapar de nuevo.
— Bueno si mañana nieva como hoy no será difícil seguirles el rastro.


 -*-*-*-*-*
Puedes comentarlo AQUÍ


Asun©20 de enero de 2014

sábado, 18 de enero de 2014

Una llamada de atención: ¿Tallas grandes?

     Estoy en el salón de casa, saliendo de la morriña que me invade después de comer y viendo con asombro que estamos llegando a las 6 de la tarde. Oigo ruidos en la cocina y sé que es mi hija que hace un alto en su tarde de estudio, para estirar las piernas y tomar un refrigerio, ya que ella ha comido pronto y está en uno de sus habituales maratones de estudio, que consisten en no despegarse de los libros o los apuntes, bien en la biblioteca o bien en su habitación de casa. Claro lo habéis adivinado, yo estoy muy orgullosa de ella, es todo lo que se puede desear en una persona y no digamos en tu propia hija. Lo que yo diga es tan subjetivo que lógicamente no lo podéis tener en cuenta. Pero ella es guapa, responsable, educada y con un alto grado de empatía, compasión y bondad. Unido a una fuerza de voluntad y amor propio, que le hace tirar hacia delante y buscar no ya el triunfo en las actividades que acomete, sino la excelencia.
    Y dicho esto, os preguntaréis a donde quiero ir a parar, es mi objetivo presumir de niña?
     No, aunque un poquito de orgullo de madre sí que hay, claro.
    Este preámbulo es para llegar al tema que me ocupa hoy: La irresponsabilidad social en ciertos temas. Concretamente en el ámbito comercial.
          Volviendo a mi relato, me acerco a la cocina porque quiero compartir con la niña, esos momentos de relax que ella se toma. Lo hace comiendo una fruta, a modo de merienda. Con la televisión de fondo. Así cuando me siento a su lado, comentamos cualquier cosa, ella lo cansada que está y yo alguna broma acerca de lo que vemos en la pequeña pantalla.
    Hoy me ha comentado algo, ¿sabes mamá que en …(cierta cadena de moda) consideran talla grande a partir de la 40? Me deja loca. Porque sabe lo que me indignan estas cosas. Pero cómo se puede considerar talla grande la 40. Entonces ¿qué es lo normal?.
    Entiendo que para que exista una talla grande ha de existir una mediana, que yo diría sería la normal, y una pequeña. Y si partimos de la 40 como grande, que consideramos normal? La 38, la 36?
     Imposible, irreal y descabellado. Mi propia hija usa a veces la 38, a veces la 40, y teniendo en cuenta su altura 1,70 cm (importantísimo en este sentido), está bastante delgada, pero digamos que está bien. Pero según esa catalogación de la marca en cuestión, ya tendría que buscar su ropa en la zona de tallas grandes.
     Por favor no arruinemos la autoestima de nuestros jóvenes. Que son todavía tan jóvenes que resultan vulnerables a estas cosas.
      Hoy además todos tienen acceso a todo tipo de publicidad e información a través de esa pantalla mágica que no dejan de mirar, la de sus móviles. Y lógicamente no leen en Boletín Oficial del Estado, que también podrían, ni los comunicados del Ministerio de Sanidad, que también podrían.
     Claro ellos leen sus cosas, las noticias referentes a gente de su edad. Y toman como modelos a quienes creen son ideales, guapos triunfadores, delgados… Solo que no se dan cuenta de que no son reales. Una imagen, y ellos lo deberían tener en cuenta mejor que nadie, puede estar retocada, manipulada, arreglada y en definitiva presentada de modo que resulte atractivo e irresistible a los ojos admirados de nuestros chicos y chicas. Pero se olvidan de poner el subtítulo tan famoso de “cualquier parecido con la realidad, es pura coincidencia”. O al menos describir las técnicas de retoque fotográfico que se han usado. Y sin no ha habido retoque en la fotografía, deberían hacer referencia a la preparación de los modelos, en cuanto a maquillajes etc. (esto sí que recuerdo que se indica en algunos reportajes, cuando mencionan al maquillador, peluqueros y marcas usadas).
     En definitiva quiero hacer una llamada de atención, no creemos falsas expectativas, no vinculemos el éxito o fracaso personal de nuestros jóvenes a unos cánones de belleza que les hacen en muchos casos enfermar física y psicológicamente.
     Después de comentar sobre ello y manifestar mi indignación, mi hija no ha terminado de darme la razón, y pienso con amargura que me gustaría de verdad conocer cuál es su verdadera  opinión acerca del tema. Por desgracia presiento que como el resto de su generación, está más cerca de creer que está rallando la obesidad que de estar preocupada por sus pocas carnes.





Asun©18 de enero de 2014


domingo, 12 de enero de 2014

Entrevista al año 2014

— Buenos días señor Don 2014, y ante todo muchas gracias por atender mi llamada y acceder a esta fabulosa entrevista.

— De nada Asun, sabes que siempre estoy a tu lado, y no tiene nada de fabuloso hablar conmigo. No era tan difícil, yo estoy cerca del mar, o en el silencio de las montañas. En la cocina de tu casa, o en este andén del metro de Madrid, donde casi siempre encuentras tu inspiración. En todo caso el agradecido soy yo,  de hecho hasta ahora nadie me había preguntado nada.

— Pues si le parece vamos a empezar. Señor 2014 ¿piensa usted ser un buen año?

— Querida, tengo que corregirte y lo hago con todo el cariño, créeme. Tengo que decirte que no soy propiamente el año 2014, simplemente soy “tiempo”, esas divisiones que siempre os han preocupado para medirme, son solo inventos vuestros. Y respecto a si voy a ser bueno o no, he de decir que solo soy tiempo y no tengo ningún poder de decisión ni de acción, solo transcurro. Y además debo recordarte que transcurro también para todo el resto de cosas o criaturas que coexisten con vosotros. Aunque los humanos que sois egocéntricos por naturaleza, creáis que sois los únicos protagonistas.

— Así que si lo de los años es un invento nuestro, no hay ni un año ni otro. Entonces eso de esperar que el Año Nuevo cambie nuestras vidas, el “año nuevo, vida nueva” no existe.

— Claro que no, es solo una más de vuestras ilusiones. Si queréis un cambio, lo tenéis que hacer vosotros, porque sois los mismos el día 31 que el día 1. Sois muy complicados, perdéis demasiados momentos pensando en qué hacer con vuestra vida, en lugar de simplemente vivirla. Esto no lo hace ningún otro ser vivo. Luego os quejáis de que se os escapa el tiempo, y la vida es muy corta.

— Es que a veces el tiempo no da de sí para hacer tanto como tenemos pensado.

— Otro error, no soy yo el que no es suficiente, yo no soy ni corto ni largo, transcurro siempre igual. Vosotros tenéis algo maravilloso: vuestra fuerza de voluntad, una fuerza que se transforma en creación, en proyectos. Pero de nuevo os equivocáis. Cualquier otro ser vivo es consciente de sus límites y nunca empieza ninguna empresa que no podrá llevar a término. Vosotros sí, perdéis la perspectiva individual y no sabéis hasta donde podéis llegar. Esto os hace acometer proyectos imposibles y os lleva al fracaso. Luego me culpáis a mí, al tiempo, o a otras circunstancias, pero es el desconocimiento de vosotros mismos, individualmente, lo que hace que cometáis tantos errores.

— Vaya, parece que estoy frente a un filósofo, nunca imaginé que fuera usted  tan sabio.

— Y no lo soy, lo que ocurre es que creéis que yo voy pasando, decís “pasa el tiempo”, pero los que realmente pasáis, sois vosotros. He visto cómo sois a través de muchas generaciones, desde el principio.

— Entonces no tengo más remedio que preguntarle, qué le parece nuestra evolución, y qué cree que pasará en el futuro.

— ¿De verdad quieres saberlo? En mi opinión no habéis llegado muy lejos. Creéis que habéis evolucionado mucho, pero en realidad los primeros moradores sabían más acerca de lo verdaderamente importante, de vivir la vida. Si la evolución se traduce en mejoras para vivir más y mejor, creo que una vez más habéis fracasado. Cuanto más tenéis, mas infelices sois.

— Lo dicho toda una lección. Ha sido una entrevista muy reveladora e interesante, y tenemos que terminar. Gracias 2014, o perdón, solamente “tiempo”. Espero volver a tener la oportunidad de dialogar con usted, porque es un verdadero placer.

— Para mí también, y recuerda que estoy siempre a tu lado, transcurriendo.


Salvador Dalí ( Óleo 24,1 x 33 cm - 1931 Museum of Modern Art, New York, USA)




Asun©12 de enero de 2014